Esta excursión la hicimos desde Colmar con el coche que alquilamos durante nuestra estancia allí. Más información sobre Colmar aquí y en mi primera entrada sobre el coche de alquiler y la preparación del viaje en Alsacia y Selva Negra: Viaje estival.
Casi siempre, dentro de nuestras escapadas solemos buscar alguna visita relacionada con el mundo militar ya que siempre nos gusta aprender sobre acontecimientos bélicos producidos en los lugares de destino.
Al estar en Colmar no podíamos dejar pasar la oportunidad de visitar el campo de Struthof-Natzweiler y un fuerte de la Guerra Franco-Prusiana. Estos dos enclaves nos animaron a hacer un día temático que os cuento a continuación.
Desde Colmar al destino: 73 kilómetros
Tiempo del trayecto en coche: Un poco más de una hora
De este desplazamiento recuerdo lo que disfrutamos del paisaje natural, era precioso.
Al llegar, nos sorprendió que casi todo el parking estuviera lleno, tanto la zona de autobuses como la de coches, dimos algunas vueltas hasta encontrar sitio y eso que fuimos al poco de abrir.
Del parking nos dirigimos a un edificio grande y moderno (Centro Europeo de Resistencia deportados) que encaja perfectamente en el entorno en el que está situado. Es en donde pasamos el control de seguridad.
En este edificio compramos las entradas para acceder a los dos recintos y vimos la exposición. En él también se encuentran los aseos y una cafetería.
La entrada permite el acceso al Museo KL-Natzweiler, así como la exposición permanente del Centro Europeo de Resistencia deportados (Centre européen du résistant déporté) contra la barbarie – Observar Resiste Lucha.
Pagamos los adultos 6 € cada uno, el niño por edad no pagó.
Todos los textos en la exposición del Centro Europeo de Miembros de la Resistencia Deportada (exposición, películas y terminales interactivos) están en francés, alemán e inglés.
Después de ver la exposición, salimos hacia el antiguo campo de concentración.
Situándote delante de la puerta de acceso hay una pequeña caseta en donde te comprueban la entrada.
Enfrente de la caseta en el lado izquierdo de la entrada, te encuentras con un campo en donde tiraban las cenizas del horno crematorio.
Una vez delante de la puerta de acceso al antiguo campo de concentración, mi subconsciente intentó quitar hierro a la situación y por un momento creí que estaba ante un plató cinematográfico en donde Steve McQueen se iba a presentar con su moto. Mi mente relacionó esas garitas y alambradas con las que había visto en innumerables películas. Siempre pensando que la ficción conocida no podía estar basada en el horror de la realidad que tenía delante de mí.
Entramos en aquel lugar conocedores del innumerable número de personas que habían cruzado la misma puerta para no salir jamás de allí.
Dejamos a nuestra izquierda los pabellones del museo y la cocina y comenzamos nuestro recorrido por los restos del campamento.
Bajamos por el Barranco de la muerte hasta llegar a la parte de abajo del campamento donde se encuentran el horno crematorio, el experimento médico y los bloques de células.
El barranco de la muerte
El campo tiene diferentes partes señalizas en francés.
Los barracones
El bloque crematorio
Salas de experimentación
El recinto del campamento
Museo
Los textos en el Museo KL-Natzweiler están en francés solamente, pero muchos documentos están disponibles en alemán. La guía de visitantes está disponible en francés, inglés y alemán.
El respeto y el silencio te acompañan en toda la visita.
Durante nuestra visita, coincidimos con dos grupos de estudiantes jóvenes alemanes que nos encontramos durante nuestra visita. Uno de ellos en la zona de las celdas leyendo al resto de compañeros lo que creemos que era explicación didáctica del lugar donde estaban y otro sacando del autobús una corona de flores para colocar en las placas conmemorativas.
Hechos dignos que admirar que confirman que viajar y vivir éstas situaciones te pone los pies en la tierra y te humaniza.
Desde Museo KL-Natzweiler Struthoh al destino: 33 kilómetros
Tiempo del trayecto en coche: Un poco más de media hora
Fortificación imperial de la Primera Guerra Mundial.
A la entrada del recinto, en el parking, tienen unos baños, muy limpios, antes de la caseta/taquilla. Es aconsejable visitarlos antes de comenzar la visita, porque suele durar una media de dos horas.
¡Y muy atentos a la advertencia de la entrada!
También es muy importante llevar manga larga, ya que una vez dentro de la fortificación baja la temperatura.
Como dependiendo de las horas, las visitas se hacen en francés, alemán e inglés, decidimos ir a la de inglés para enterarnos de algo. Al comprar las entradas nos preguntaron nacionalidad y pensábamos que era para las encuestas internas que hacen, la sorpresa fue que nos dieron una guía para la visita en español (tres folios a doble cara).
Nosotros fuimos a la visita en inglés de las 15.30 horas y nuestra guía fue Provence.
Dentro de la visita, las paradas van numeradas y los folios en español van explicados según el número de la parada.
Las paradas suelen ir acordes al orden numérico o no, ya que hay veces que coinciden dos grupos diferentes de visita a la vez en la misma parada y te dirigen a otra, por lo que lo más sencillo es ver una vez parada la guía el cartel numérico que haya en la pared/sala y buscar la explicación en los folios.
Muy interesante todo lo que te explican: la historia, el sistema fortificado, cómo dormían, lo que comían, el sistema de calefacción/ eléctrico….
En los baños, cuando te digan que abras el de los oficiales, ¡no te asustes! Dejo aquí la intriga jijjij.
Fantásticos los pasadizos, un poco claustrofóbico si piensas que están bajo tierra.
La visita se termina en el exterior llegando al punto de salida de la misma.
Espero que os haya gustado. Viajad y compartid.
Texto y fotografía: Vanessa Caramazana T.
De camino a la dirección del chalet, vimos numerosos carteles señalizando el Aroeira Lisbon Hotel y decidimos ver tarifas por internet por si nos encajaban en el precio. Pasamos por la puerta y viendo que los amigos nos intentarían alegrar el día después del disgusto, decidimos reservar una noche.
No tuvimos problema, para aparcar en la puerta, se encuentra situado en la zona del Campo de Golf y nos informaron que sólo llevaba abierto un mes.
En su parte trasera te encuentras el Rhin (Rhein) con un mirador precioso (Pfalz) en donde puedes observar parte de la ciudad, los puentes… etc.
En el camino de vuelta a la estación, la ciudad me sorprendía con una bellísima variedad de señales indicadoras de las obras que se estaban realizando en la calzada, sin duda Suiza es diferente.
La zona en la que se encuentra el apartamento es muy tranquila tanto de día como de noche y sin problema de aparcamiento en la misma calle.
Lo mejor del apartamento, sus dueños, Carina y Marco. Hablan muy bien español, la forma de contactar con ellos es a través de mail y son súper amables. Te dejan una carpeta con mapas, indicaciones, la clave wifi y un par de copias de las llaves, todo viene estupendo.
Dormitorio 3: Dos camas individuales de 90 en litera.
Pasamos por debajo de la Torre (Domtoren)
