Elección y reserva
La elección, no fue muy difícil, al conocer la ciudad (viví en ella medio año), la zona de búsqueda estaba bien delimitada. Tenía dos requisitos mínimos:
- Poder ir andando a la Royal Mile (eje turístico central de la ciudad) y
- Tener variedad de restauración cerca del hotel.
Reservamos en el mes noviembre. Y la elección fue el Premier Inn Edimburgh City Centre Princes Street. Era la primera vez que íbamos a un Premier Inn, de la misma cadena conocemos los Hub by Premier Inn. Porque el año pasado, en “Fin de semana en Londres en pareja” nos quedamos en el Hub de Covent Garden.
La experiencia fue maravillosa, en la entrada “Cosas que hacer en Londres” tenéis más información sobre nuestra estancia en él.
La elección del Premier Inn nos parecía la más acorde a nuestro viaje familiar y por supuesto cumplía con los requisitos que nos habíamos marcado.
Para el 1º, desde el hotel a la Royal Mile se puede subir por varios caminos:
Caminar por Princess Street hasta el lateral de la The Royal Scottish Academy y la Scottish National Gallery por The Mound y allí, dependiendo a la altura de la Royal Mile a la que quieras llegar, tomar: Ramsay Ln ó Milne´s Ct ó subir por N Bank St. Es un paseo de aproximadamente 12 minutos.
Incluso undía subimos por la ladera del Castillo.
Para el 2º requisito, el hotel cuenta con dos zonas muy próximas con gran variedad de restauración como son Rose St (zona detrás del hotel) y Lothian Rd (lateral de Princess Gardens).
Tenéis más información sobre restauración, en la entrada “Comer en Edimburgo”.
La reserva del hotel y el pre-check in, los hicimos directamente a través de su página web, también les pedimos si pudiera ser, que nos dieran vistas al Castillo, pero… no pude ser.
Cómo llegar
Del aeropuerto al hotel, el medio de transporte fue el tranvía y te dejan en la misma calle a 20 metros. Ver la entrada ”Semana Santa en Edimburgo» para más info.
Check in o entrada
Al acceder tienes que coger un ascensor, porque todos los servicios: (recepción, cafetería, restaurante) están en la primera planta.
Aunque íbamos con el pre-check in, el personal siempre muy atento prefirió atendernos y darnos la llave con la explicación de los horarios de los servicios de restauración.
El personal encantador y polivalente, tanto te ayudaban para las tareas de recepción como limpiaban mesas en el comedor. Y por supuesto, dentro de ese maravilloso personal, tengo que mencionar a Sara ¡qué alegría encontrarte tan lejos con una paisana extremeña de Plasencia, trabajando allí!
Habitación
A favor, según mis gustos: Amplia, buena cama, con su hervidor de agua, televisión y secador de pelo.
En contra, según mis gustos: Pocas perchas, sin armario, con moqueta y la bañera un poco alta, el niño se tenía que subir con ayuda. Las vistas a un patio de luz.
Tenía lo necesario para una estancia corta y no pasar mucho tiempo en la habitación.
Servicios
Reservamos con desayuno y lo disfrutamos todos los días. El personal te indica mesa. La variedad de alimentos es amplia con opciones para dulce, salado y bebidas. La gente suele coger las mesas que están al lado de la barra del bar porque dan al castillo, pero la sala es bastante grande.
El día que hicimos la excursión, reservamos la cena en el hotel, para poder descansar lo antes posibles de un día tan ajetreado.
Bebidas + Tennents pint 3.45 half 1.75 Guinees can 4.05 Tempura prawns (5.49)+DBL cheese bacon burger (11.49)+ tomate mozzarella y quinoa salad (8.99)+ kids menu (5.50), aproximadamente: 40 libras
Espero que os haya gustado. Viajad y compartid.
Texto y fotografía: Vanessa Caramazana T.
El local de Edimburgo, muy grande con cocina abierta, se ven los fogones del wok y los cocederos de arroz. Las mesas son bancos corridos en el medio de la sala y mesas más pequeñas cerca de los ventanales. Servicio rápido. Carta con imágenes bien entendible.
Al traer la cuenta, mi cerveza estaba incluida en el precio de mi plato, supongo como promoción. Platos muy bien servidos.
¡De este gasto si tengo ticket! Bajé a la barra y subí con dos pintas de 
Todo riquísimo, la anécdota fue que, al tomarnos el nombre, para llamarnos en cuanto quedara alguna mesa para nosotros libres, el camarero nos confirmó que no les quedaba nada de pescado y dentro de la sala tenían este cartel jijijijijijiji
De postre yo un pastel, creo que de zanahoria y mi marido un whisky escocés para celebrar nuestra escapada, no, lo siento, no tengo el ticket pero podéis investigar los precios en su web.