Ésta es, la segunda parte de la entrada ya publicada: “Por la Royal Mile hacia el Castillo de Edimburgo parte I”, la cual, os dará toda la información de cómo hemos llegado a este punto de partida.
De nuevo, en la Royal, te encuentras con la estatua del filósofo escocés Hume. Al llegar al cruce, si miras a la izquierda tienes el Banco de Escocia.
Cruzamos George IV Bridge, arteria, no menos importante, ya que nos lleva (hacia la izquierda) a Victoria Street, al Museo de Historia Natural y al cementerio Greyfriars Kirkyard, entre otros de los muchos atractivos imprescindibles de la cuidad.
Nada más cruzar, en la esquina, se encuentra Deacon Brodies Tavern, muy conocida por su haggis. Mas info en la entrada: “Comer en Edimburgo: Más que Haggis”
Desde este punto hasta el comienzo de la explanada del Castillo, ya no queda nada. Nos encontraremos, animación callejera, empresas de excursiones, tiendas de regalos… etc.
En la otra cera, se encuentra, The Hub. Su aspecto exterior de iglesia no tiene mucho que ver con las actividades que se realizan en él (punto de ventas de entradas, salas para espectáculos, …etc.).
En la misma cera, un poco más arriba se encuentran, The Scotch Whisky Experience y The Witchery restaurant.
Seguimos nuestro camino, subiendo, pasando ya la taberna y pasamos por delante de la Cámara Oscura y llegamos a la Tienda Castlehill Cashmere.
Esta inmensa tienda de souvenirs, tiene de todo, pero el atractivo que más me gusta de ella, es poder ver, el trabajo en directo, del telar que fabrica el tartán (cuadros escoceses).
Tienen gran variedad de productos a la venta, ropa, souvenirs, espadas y cascos de combate, un rincón con cosas de Harry Potter, equipaciones de Rugby de la selección escocia…etc.
Al salir de la tienda, ya te encuentras en el principio de la Explanada del Castillo.
Esta explanada, es el escenario del Festival Tatoo, una experiencia única, yo la viví y la disfruté hace algunos años y es uno de esos espectáculos que no podré olvidar en mi vida.
Hablar de él, me resulta muy entrañable, ya que, durante mi vida en Edimburgo, fue en el Castillo donde trabajé.
El castillo es un obligatorio dentro de los atractivos de la ciudad y el principal, diría yo.
Entradas: Las entradas las llevábamos compradas e impresas desde España y vas directamente al acceso, antes de Portcullis Gate y accedes.
Antes de llegar a este punto, pasas un puentecito, dejas una estatua de Willian Wallece, hay baños públicos, una oficina dónde coger folletos y una tienda de souvenirs.
Las entradas las compras con una franja de horas para acceder entre ellas a la entrada.
Recorridos: Las audioguías son de mucha utilidad y te proporcionan toda la información necesaria para la visita.
Puedes seguir la audioguía a medida que te encuentras las paradas o seguir unos itinerarios que te proponen desde su web.
Actuaciones/espectáculos: Un vez sepas, el día que vas a acceder al Castillo, puedes ver en su web si hay alguna actuación/ animación programada para ese día.
Nosotros tuvimos la charla del cirujano en el gran salón.
Obligatorio ver:
Justo nosotros, fuimos uno de los dos únicos días del año en que el cañón no anuncia la una.
Scottish National War Memorial
Sobre la restauración:Red coat café, perfecto para un picoteo, aquí algo salado ya que sin duda en el Tea Rooms hay que tomarse un té con un scone.
Espero que os haya gustado. Viajad y compartid.
Texto y fotografía: Vanessa Caramazana T.
Parada para café y baños, una vuelta por la tienda y ver de cerca a las 
Hasta escribiendo el nombre me emociono. Es la segunda ciudad de mi corazón, en ella viví seis meses, a lo mejor no los mejores, pero la ciudad me cautivó enamorándome hasta el final de mis días.
