Teníamos todo preparado para nuestra escapada de invierno hacia Bristol, pasar allí fin de año disfrutando de #merrybristmas y en unos segundos, todo se torció.

Nuestro vuelo de ida era, Lisboa-Bristol con Easy Jet comprado en septiembre, tres meses antes de su salida. El vuelo salía a medio día y decidimos hacer la noche anterior en Lisboa para prevenir cualquier contratiempo en la carretera. No imaginábamos que los contratiempos vendrían después.

La noche anterior, mirando la app de la aerolínea leemos la información que hay huelga de personal de tierra y que es conveniente llegar con tiempo suficiente al aeropuerto. Nosotros normalmente no facturamos, pero con Easy Jet utilizamos su servicio “hands free” y por ese motivo teníamos que pasar por los mostradores de facturación.

Legamos al aeropuerto tres horas antes de la salida y nos ponemos en las filas de facturación. Había mucha gente tanto en las tres filas de facturación normal como en las dos de preferente.

Mi marido se percata que gente que va delante nuestra, va saliendo de la fila y me comenta que algo pasa. A los pocos segundos las tres trabajadoras de los mostradores se bajan de sus puestos y se ponen a informar a los pasajeros que se encuentran en las dos filas de preferentes. Y es entonces cuando (música de la película tiburón) escuchamos la palabra “CANCELLED” esa palabra que no quieres escuchar y que empiezas a pregunta ¿Qué? ¿Qué? ¿Qué? Sin entender nada.

Me acerco a las filas de preferente y escucho que le están explicando a un matrimonio, que el vuelo de Milán esta cancelado y le pregunto por Bristol yyyyyyyyyyy otra vez la dichosa palabrita “CANCELLED”, empieza a haber un desconcierto generalizado en las cinco colas y nos derivan al mostrador de información.

En ese momento se desata la guerra y la mala organización del Aeropuerto de Lisboa (ANA) Vinci airports, en este caso en la Terminal 2 que es donde nos encontrábamos.

Unas 100 personas aproximadamente, con sus equipajes se dirigen al mostrador de información de la compañía, en busca de aclaraciones. Es esos momentos de desconcierto y incertidumbre sale lo peor del ser humano: Una marabunta incontrolada se dirigió al mostrador, en el que había sólo había dos puestos de trabajo y se formaron en la primera línea ¡unas cinco colas!

Empujones ,codazos y preguntas imposibles de atender para las dos trabajadoras que no estaban haciendo huelga.

Los trabajadores del aeropuerto tardaron en poner las cintas separadoras de las dos filas del mostrador, lo que hizo que gente que estaba adelante se tuviera que ir para atrás y otros que no aceptaban las filas, se colaran por debajo de la cinta, con los enfrentamientos que eso produjo.

Aeropuerto de Lisboa:

MAL por no organizar con antelación las cintas y las filas

MAL por no quedarse durante unos minutos allí para comprobar que no había personal ajeno al aeropuerto que tocaba las cintas y las cambiaba de lugar.

MUY MAL por no tener en consideración a las familias que viajamos con niños. Mi hijo sufrió codazos y lo aplastaron teniéndonos que salir de la fila en la que primero nos habíamos colocado para que pudiera tranquilizarse y respirar.

Primero fue el caos de la cancelación y después empezó el de la “solución”….

La compañía nos ofrece viajar a nuestro destino con fecha tres días posterior a nuestra fecha de regreso: Imposible

Le pedimos vuelos a Londres y ya nos buscamos nosotros las habichuelas del transporte de Londres a Bristol: Imposible, fecha en tres días vistas así que con ese panorama decidimos solicitarles un papel por cada uno con la cancelación del vuelo e irnos a la terminal 1 a barajar opciones de vuelos con otras compañías y qué casualidad que justo en ese momento apareciera la policía a poner orden.

Después de barajar pros y contras, NO viajamos a Bristol en Navidad y empezamos con las reclamaciones de los gastos que esto da para otra entrada.

Y mi lección aprendida es:

Si tienes que llegar a tu destino si o si, no viajes en una compañía de bajo coste. Sus opciones para derivarte a otro vuelo son muy escasas.

En nuestro caso que era por ocio, te disgustas y cambias planes pero en la cola de información había personas que entraban a trabajar en Bristol esa misma tarde, yo me atrevería a decir que no llegaron a su trabajo.

Con esta entrada, resumo nuestra nefasta experiencia con EasyJet y Aeroporto de Lisboa.

Viajad e intentad disfrutad (si EasyJet os deja).

Texto: Vanessa Caramazana T.